Historia
Festival de la Cultura Wayuu
La historia
del Festival empezó en el año 1984, con la elección de la primer Mujer Wayúu
(Majayut), que decidió mostrar públicamente la esencia de su cultura, a través
de bailes, comida, juegos, medicina y música tradicional.
El evento se
creó en 1985, con ocasión de la conmemoración de los cincuenta años de la
fundación del municipio de Uribia. En el 2006, el Festival de la Cultura Wayúu
ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Nación.
Este evento
se celebra cada año para resaltar y conservar las costumbres ancestrales,
tradiciones y folclor de la cultura Guajira.
Con la
mezcla de artesanía, rituales, cultura, foros, expediciones y juego
tradicional, este Festival se ha convertido en uno de los más esperados cada
año por el peso de la cultura indígena, que es ejemplo para el desarrollo y
organización.
Su principal
objetivo es promover las expresiones, socialización e interacción de las
creaciones culturales del pueblo wayuu, propiciar el diálogo, el intercambio y
la cooperación entre las culturas que coexisten en el escenario peninsular en
las distintas connotaciones departamentales, nacionales y binacionales.
Durante el
Festival en el parque central de Uribia se hacen enramadas donde se tejen y
exhiben hamacas, mochilas; y se preparan y ofrecen los platos típicos: friche,
mazamorra, chivo asado, entre otros.
Al amanecer
Wayuu con repique de campanas, se realiza el toque de Kásha y se observan
juegos pirotécnicos.
En la noche
se realizan diferentes actividades con presencia de niños y jóvenes quienes
representan todas las costumbres tradicionales: velorio, matrimonio, juego de
la cabrita o Kaulayawá, éste último en agradecimiento a las buenas cosechas; y
la Yonna, para curar enfermedades y anunciar el final del encierro de la mujer
e inicio de la nueva vida hacia la conservación de su émia.
También
existe el concurso con los instrumentos típicos: Kasha, Tariraü, wontoloyaa,
turompa y massi y el concurso cuentos inéditos donde la historia de los clanes
son narrados a través de décimas o cantos.
La narración
y el mito explican cómo la naturaleza convierte a los Wayuu en cazadores, la
ganadería en jinetes y por qué los tejidos están rodeados de significado.
También se
realizarán concursos de danza, tradición oral, exposiciones y muestras
artesanales Carrera de caballos, eventos deportivos y diferentes eventos
académicos sobre la cultura Wayuu.
Bicentenario
Y Los Wayúu

En este
contexto, también se lleva a cabo el I encuentro Etnoliteratura, en el cual
participan escritores indígenas de toda América; el festival de Cine Indígena y
el Encuentro de Danzas Étnicas del Caribe, además de numerosas actividades
En su
mayoría, se dedican a la cría de ovejas y chivos, y a la siembra de maíz;
también a la fabricació en instrumentos, como tambores, y de alpargatas hechas
de viejos neumáticos. La mujer wayúu se dedica al tejido de chinchorros o
hamacas para dormir, las cuales pueden llevar grabado algún nombre ya sea de un
clan o una familia wayúu a la que pertenezca.
También
están los susu o carteras para damas con dibujos de distintos significados y
mantas de colores que resaltan la belleza wayúu.
Expresión Cultural Específica
El tejido
para el pueblo wuayúu es más que una práctica cultural y herencia de sus
ancestros, es una forma de concebir y expresar la vida tal como la sienten y la
desean. Un arte pensado y gozado. La observación de sus innumerables tejidos
les permite leer el espíritu que guía su acción y pensamiento.
Actividad Y Producción Artesanal
Kanas es la máxima expresión del tejido wuayúu, es un arte muy antiguo, probablemente originado en la alta Guajira. Consiste en un tejido de figuras geométricas estilizadas, representando elementos del medio natural que rodean la vida cotidiana del wuayúu.
Entre más complejas las figuras, mayor valor adquiere la pieza. Se teje en telar de horqueta. Cada kanas tiene un nombre y significado.
El
chinchorro y la hamaca son los tejidos más representativos de la cultura
Wuayúu. Aunque el chinchorro y la hamaca tienen una misma función, a nivel de
textiles tienen diferencias marcadas; el primero es elástico y de tejido suelto
y el segundo es pesado y compacto, de un tejido paleteado.


Shei es una
manta funeraria en la que envuelven y entierran a los difuntos; es rectangular
y de gran colorido, rica en dibujos de kanas. Liíra es la faja larga y angosta
que hace parte del guayuco masculino. Mantalaju es la faja que va sobre el
pellón y se ata a la silla de montar y a la cincha.
Atula es una
compleja técnica de trenzado de hilos, que demanda mucha destreza y
concentración. La mochila, susu o ‘lo que camina con uno’, nunca falta en la
indumentaria wayúu; se teje en crochet o ganchillo, con la fibra del maguey y
el algodón.
Existen
varias clases de mochila: Susuchon, que lleva el nombre colgado de la faja, una
a cada lado del guayuco; Susu, la mochila de diario, de tamaño mediano, que el
wayúu lleva a todos lados; Ainacajatu, una mochila grande donde la mujer lleva
el chinchorro, ropa y lo necesario para los viajes; Kapatera, la mochila grande
del hombre, una especie de tubo cilíndrico, con dos bocas y cordones de cierre
que se utilizan también de colgaderas.
Kattowi, una
mochila de malla muy resistente y de múltiples usos, para transportar ollas y
múcuras llenas de agua.
Los hombres
wayúu elaboran sombreros de hoja de palma, apropiados para las jornadas de intenso sol, mantas y guaireñas o
alpargatas (el calzado hecho para resistir ingentes jornadas en la arena),
entre otros.
Artesanías
de Colombia ha apoyado el rescate de técnicas, diseños y productos, que hacen
parte vital de un bagaje cultural del cual son muy celosas las autoridades
tradicionales.
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